sábado, 3 de noviembre de 2012

18 días en Camboya (19): Kampot (II): La estación fantasma de Bokor Hill

Mi segundo día en Kampot lo dediqué a visitar el parque nacional de Bokor  (también conocido como Preah Monivong) y la estación de montaña abandonada de Bokor Hill, un lugar de recreo construido en 1921 por los franceses y hoy convertido en una ciudad fantasma. En los 17 $ va incluido el paseíto en barca a la vuelta.

Empezamos por un trekking cortito por el parque nacional de Bokor donde supuestamente quedan tigres y elefantes. No tuve la suerte de encontrarme con ninguno. El único animalito que se me arrimó fue una sanguijuela a la que le gustó mi pie. Ni me percaté del tema. No debio morder muy fuerte porque no me dí cuenta hasta que ya dentro del coche me asusté al ver la planta del pie ensangrentada. El caso es que la sanguijuela había desaparecido después del atracón. Menos mal. Si llego a verla pegada a mi piel y me tienen que arrimar un mechero para despegarla y toda esa parafarnalia me da un ataque de nervios. Desconozco porqué se despegó sola. Seguramente no debía estar acostumbrada a mi grupo sanguíneo y le sentó mal.

Luego nos dirigimos a la estación de montaña de Bokor Hill empezando con una parada por los pabellones que utilizaba la familia real conocidos como el Palacio Negro. Son dos edificios pequeñitos, uno que era el apartamento del rey y otro para las esposas.




Foto: Estación de Bokor Hill (apartamentos reales)
Autora: Marta Leonor Vidal García

La estación de Bokor Hill sirvió de lugar de recreo a las élites francesas que vivían en Camboya y buscaban lujo y diversión exclusivos en un clima más benigno. Su construcción se cobró 900 vidas de trabajadores que murieron durante las obras. El complejo quedó definitivamente abandonado a finales de la década de los 40 del s. XX. En 1972 los Jemeres Rojos se apoderaron del enclave que les sirvió de refugio durante la invasión vietnamita de 1979.

Las ciudad abandonada ha servido de escenario al rodaje de varias películas como "La ciudad de los fantasmas" ("City of ghosts", 2002, con Matt Dillon).

El complejo tiene como principal edificación el Hotel Casino Bokor Palace. No pudimos acceder al interior porque estaba en obras de restauración en el momento de mi visita. He visto en fotos el salón de baile con su chimenea y las habitaciones con restos de azulejos e impresiona bastante el sitio. Reconozco que tengo un punto medio gótico que me hace sentirme muy atraida por las ruinas y ciudades abandonadas. Belchite me fascina.






Fotos: Estación de Bokor Hill (Hotel Casino Bokor Palace)
Autora: Marta Leonor Vidal García

Queda en pie una iglesia cristiana donde estuvieron atrincherados los Jemeres Rojos,  hoy reconvertida en improvisada vivienda de los trabajadores de las obras, intransitrable por dentro entre cocinas, colchones y cuerdas de ropa.



Foto: Estación de Bokor Hill (Iglesia)
Autora: Marta Leonor Vidal García

Desde los miradores de Bokor Hill se divisan las islas de Camboya y de Vietnam.




Foto: Estación de Bokor Hill
Autora: Marta Leonor Vidal García

Concluida la visita a Bokor Hill nos acercamos a una zona donde hay un templo budista y estas formaciones rocosas.




Foto: Estación de Bokor Hill
Autora: Marta Leonor Vidal García

Y la excursión acaba en las cascadas de Popokvil donde alguno del grupo se animó a remojarse.





Fotos: cascadas de Popokvil
Autora: Marta Leonor Vidal García

En esta visita me fui enterando de cosas que desconocía sobre la sociedad de Camboya. El guía nos contaba que muy poca gente va a la universidad porque al terminar la carrera si no eres hijo de familia adinerada y con contactos solo consigues un trabajo adecuado a la titulación pagando grandes cantidades de dinero a agencias privadas de colocación, lo que está al alcance de pocos bolsillos. La mayoría de los jóvenes se dedica a la agricultura y a intentar hacerse un hueco en el sector del turismo. Casarse en Camboya también sale caro al parecer. El novio tiene que soltar una pasta considerable a la familia de la novia. "No money, no honey" se dice por estos lares.

De regreso a Kampot tomamos una barca para ver la puesta de sol paseando por el río Kampong Bay.




Fotos: paseo en barca
Autora: Marta Leonor Vidal García




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