martes, 18 de agosto de 2015

Norte de Marruecos (3): Rabat. La necrópolis de Chellah, el paraíso de las cigüeñas

Situada en la desembocadura del río Bu Regreg, a unos 2 kms del centro de Rabat, el recinto arqueológico de Chellah, es una curiosa amalgama de ruinas de diversas etapas,  rodeadas de un hermoso paisaje de árboles frutales, flores y nidos de cigüeñas.




Foto: Cigüeñas
Autora: Marta Leonor Vidal García

Los orígenes del asentamiento de Chellah posiblemente se remonten a los fenicios y cartagineses, pero su primera memoria como población es de época romana, en que fue el enclave de  una ciudad romana conocida como Sala o Sala Colonia (año 40 AD), que quedó abandonada definitivamente en 1154.

Tras varios siglos de abandono, en el siglo XIV, Abu Yacub Yusuf, de la dinastía de los Benimerines o Meriníes, escogió este lugar para levantar una mezquita y albergar la tumba de su esposa y el lugar fue creciendo como necrópolis con sucesivas construcciones.


La puerta de entrada al recinto amurallado tiene dos torres semioctogonales.






Foto: Necrópolis de Chellah
Autora: Marta Leonor Vidal García


La inscripción cúfica que decora la puerta indica que Abu Said Uzman (709-731 / 1310-1331) inició la construcción de las murallas y su hijo Abu al-Hassan las concluyó en 739 / 1339.




Foto: Necrópolis de Chellah
Autora: Marta Leonor Vidal García

Una escalinata de piedra flanqueada por árboles frutales lleva en descenso hasta las ruinas. La panorámica destaca por el minarete cuadrado, decorado de azulejos y con un nido de cigüeña sobre su torre. La visita a Chellah es muy agradable y recomiendo que la hagan a primera hora para intentar disfrutar de la apacible soledad del lugar.


Foto: Necrópolis de Chellah
Autora: Marta Leonor Vidal García

La primera zona a la que se llega es la de las ruinas romanas de la antigua ciudad de Sala Colonia, en su tiempo un próspero puerto marítimo fundado por los romanos sobre un antiguo asentamiento fenicio y cartaginés en las orillas del río Bu Regreg. A la izquierda del camino se encuentran los restos de lo que fue un barrio de artesanos de la época romana.



Foto: restos de un mosaico
Autora: Marta Leonor Vidal García




Foto: Barrio de artesanos
Autora: Marta Leonor Vidal García

Más abajo se encuentran las ruinas del antiguo Capitolio, el templo dedicado a la tríada de dioses romanos (Júpiter, Juno y Minerva) y la base de lo que fue un Arco de Triunfo.




Fotos:  Capitolio
Autora: Marta Leonor Vidal García


Frente al Capitolio, el estanque de las ninfas, de forma octogonal, formaba parte del sistema romano de distribución de agua.



Foto: Estanque de las ninfas
Autora: Marta Leonor Vidal García

De la necrópolis meriní perduran varias construcciones, que han sufrido el impacto de varios terremotos. Las excavaciones han descubierto un barrio musulmán con sus casas, plazas y demás lugares públicos, lo que indica que fue más que una simple necrópolis.

En uno de los extremos del recinto se conserva un antiguo hammam meriní.


Foto: Hammam meriní.
Autora: Marta Leonor Vidal García


La zona de la antigua necópolis meriní está tomada por las cigueñas que han anidado por sus muros y minarete. 



Fotos: Cigüeñas
Autora: Marta Leonor Vidal García


La mezquita de Abu Yacub Yusuf tiene una puerta revestida de mosaicos.


Foto: Mezquita de Abu Yacub Yusuf
Autora: Marta Leonor Vidal García

La mezquita conserva la estructura de arcos y columnas.








Foto: Mezquita de Abu Yacub Yusuf
Autora: Marta Leonor Vidal García

El característico minarete cuadrado típico de las mezquitas del norte de Africa domina la panorámica del recinto. Inicialmente la mezquita contaba con dos minaretes, uno de los cuales quedó derruido en el terremoto de 1755.





Foto: Minarete
Autora: Marta Leonor Vidal García

La madrasa, escuela coránica, conserva el patio y una pila central con pavimento de cerámica y las celdas que servían de alojamiento a los estudiantes. Cuenta con un oratorio cuyo mihrab está circundado por un pasillo semicircular.






Fotos: Madrasa
Autora: Marta Leonor Vidal García

Una estela, llamada “Lalla Chellah”, en honor a la patrona del lugar marca el emplazamiento de la cámara funeraria (jalwa) de Abu al-Hassan, “el Sultán Negro” (731-752 / 1331-1351), decorada exteriormente con un voladizo de estalactitas. Cerca, una placa de mármol está dedicada a su esposa, Shams al-Duha (Sol de la Mañana), una europea convertida al Islam.










Fotos: Mausoleo de Abu al-Hassan
Autora: Marta Leonor Vidal García



Al estanque de las anguilas se le atribuyen propiedades curativas y milagrosas.



Foto: Estanque de las anguilas
Autora: Marta Leonor Vidal García



El terremoto de Lisboa de 1755 marcaría el final de  Chellah, que perdió una gran parte de sus construcciones. En las décadas posteriores quedaría totalmente abandonada al pillaje.



Foto: Estatua romana
Autora: Marta Leonor Vidal García



Anteriores entradas: Norte de Marruecos: Información general; Rabat: la torre de Hassan.

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