El segundo día en Tánger, que pensaba dedicar a excursiones por alrededores, se frustró por causas imprevistas de fuerza mayor. El personal del Hotel Continental me advirtió que las grutas de Hércules no estaban accesibles por obras. Intenté acercarme a Cabo Espartel pero no me orienté bien con la salida. Para los próximos que lo intenten es el desvío de la carretera estrecha (bastante estrecha) que pone "Villa Josefina".
Así que acabé volviendo a Asilah, una localidad situada a 46 kms de Tánger, agradable para una visita del día. Tras una comida de pescado en el restaurante Casa Pepe (casi todos los restaurantes de la calle tienen una oferta similar) me di un paseo por el pueblo que recuerda en su aspecto a los pueblecitos costeros del sur de España.
Foto: Asilah
Autora: Marta Leonor Vidal García
La ciudad conocida como Zili fue un asentamiento
fenicio y punto de tránsito de griegos y cartagineses, que establecieron en ella un puerto comercial. Los romanos la ocuparon en el siglo I a.d.C. rebautizándola como Augusta Zilil. Fueron los árabes los que le dieron su actual nombre (أصيلة) cuando la conquistaron en el 712.
Asilah siempre fue un puerto clave en las rutas comerciales. Fue ocupada en el s. XV por los portugueses, que construyeron sus murallas y se convertiría en el escenario de una desastrosa tentativa de conquista de Marruecos por el Rey Sebastián de Portugal.
La batalla de Alcazarquivir (de al Qasr al Kabir, القصر الكبير , que significa "el castillo grande"), también conocida como batalla de los Tres Reyes, acabó en 1578 con una derrota del ejército portugués de magnitudes catastróficas. Alcazarquivir se puede considerar sin duda alguna una batalla "gafada" porque en ella perdieron la vida los tres reyes contendientes: el de Portugal y los dos de Marruecos que se disputaban el trono. Vamos, que no quedó ni uno para contarlo. Las interpretaciones más esotéricas de los judíos de Marruecos atribuyen la debacle a un castigo divino a la dinastía real portuguesa por haberlos expulsados de Portugal. Sea por un castigo divino, por una maldición judía o por un fallo de estrategia, el caso es que la muerte de nada menos que tres reyes en una batalla creó bastante revuelo en la época.
Después de la derrota portuguesa Asilah volvió a manos de los saidíes para terminar en manos de la Corona española que la utilizó como fortaleza en los ss. XV y XVI hasta que en 1691 la reconquistó Mulay Ismail.
La batalla de Alcazarquivir (de al Qasr al Kabir, القصر الكبير , que significa "el castillo grande"), también conocida como batalla de los Tres Reyes, acabó en 1578 con una derrota del ejército portugués de magnitudes catastróficas. Alcazarquivir se puede considerar sin duda alguna una batalla "gafada" porque en ella perdieron la vida los tres reyes contendientes: el de Portugal y los dos de Marruecos que se disputaban el trono. Vamos, que no quedó ni uno para contarlo. Las interpretaciones más esotéricas de los judíos de Marruecos atribuyen la debacle a un castigo divino a la dinastía real portuguesa por haberlos expulsados de Portugal. Sea por un castigo divino, por una maldición judía o por un fallo de estrategia, el caso es que la muerte de nada menos que tres reyes en una batalla creó bastante revuelo en la época.
Después de la derrota portuguesa Asilah volvió a manos de los saidíes para terminar en manos de la Corona española que la utilizó como fortaleza en los ss. XV y XVI hasta que en 1691 la reconquistó Mulay Ismail.
Foto: Asilah
Autora: Marta Leonor Vidal García
La ciudad conserva sus murallas portuguesas construidas y varias puertas y torres. Bab Bahr, la puerta del mar, junto al puerto, se encuentra al lado del torreón portugués conocido como Borj al Kamra.
Foto: Borj al Kamra
Autora: Marta Leonor Vidal García
Foto: Mausoleo de Sidi Ahmed El Mansur Saadi
Autora: Marta Leonor Vidal García
Foto: vista desde el Mausoleo de Sidi Ahmed El Mansur Saadi
Autora: Marta Leonor Vidal García
Foto: niños detrás de un carro
Autora: Marta Leonor Vidal García
Bab Homar o puerta Tierra, es la salida a la ciudad nueva.
Foto: Bab Homar
Autora: Marta Leonor Vidal García
Bab Homar se abre bajo una torre circular con el escudo de armas del rey de Portugal
Foto: Bab Homar
Autora: Marta Leonor Vidal García
Asilah es una visita agradable para pasar un rato relajado, pero ya tiene el sello (familiar en España) de "municipio costero de casitas blanquiazules para compra de extranjeros como residencia vacacional". Entre Asilah y Larache, sin duda, me quedo con Larache.
Anteriores entradas: Norte de Marruecos: Información general; Rabat: la torre de Hassan; Rabat: la necrópolis de Chellah; Rabat: la Kasba de los Udaya; Larache; Las ruinas romanas de Lixus; Tánger y su pasado internacional; Tánger: la Kasbah.
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