martes, 14 de enero de 2020

Chipre (norte): La Abadía de Bellapais

A unos pocos kilómetros de Kyrenia se encuentra Bellapais con su imponente Abadía de estilo gótico.  El pueblecito, ubicado en las montañas de Besparmak, es una preciosidad, un remanso de paz. Aquí residió el escritor Lawrence Durrell y escribió su obra “Limones amargos”, un retrato de la vida cotidiana en el pueblo antes de la retirada de los británicos, donde ya se atisban los futuros conflictos intercomunales. En el pueblo se conserva la casa donde vivió el escritor, pero no llegué a visitarla.




Foto: Abadía de Bellapais
Autora: Marta Leonor Vidal García

El nombre de Bellapais viene de una deformación que dieron los venecianos a "De la Paix", de  "Abbaye de la Paix", Abadía de la paz. 

La primitiva edificación, dedicada a Santa María de la Montaña, se construyó entre 1198 y 1205. 

Los primeros monjes que tuvo la Abadía fueron Agustinos que huyeron de Jerusalén en 1187 tras la caída de la ciudad en manos de Saladino. Luego cambió su afiliación a la Orden de Canónigos Premonstratenses.

En 1246 un caballero, Roger el Normando, donó a la Abadía una reliquia, un trozo de la cruz de Cristo, que convirtió el lugar en un centro de peregrinación y receptor de numerosas donaciones.

El rey Hugo III de la dinastía Lusignan confirió al Abad la prerrogativa de usar mitra, espada y espuelas de oro. Estos privilegios y el prestigio que otorgaba la custodia de la reliquia, fueron fuente de fricciones con el Arzobispo de Nicosia.

Todos los reyes Lusignan fueron benefactores de la Abadía y algunos incluso tuvieron en ella su residencia.

Las riquezas que atesoraba la Abadía la convirtieron en blanco de los pillajes de los genoveses. En 1373 el tesoro de la Abadía fue saqueado y la reliquia robada. A partir de este momento, la Abadía entró en decadencia en paralelo a la degeneración de la costumbres de los monjes, que acabaron tomando concubinas y convirtiendo la Abadía en una especie de comuna polígama donde ingresaban sus propias hijas de novicias.

En 1571 tras la conquista otomana, los monjes fueron expulsados y se entregó la Abadía a la Iglesia Ortodoxa Griega. La Abadía, ya en estado de abandono, se utilizó como lugar de pasto del ganado y sus piedras se aprovecharon para la construcción del pueblo de alrededores.

Desde 1570 la Abadía ya estaba en estado de ruina y se salvó por los pelos de ser demolida en época colonial británica, en 1870.  Se salvó de la demolición gracias a que sus piedras, demasiado blandas, resultaban inservibles para construir carreteras. La restauración se inició a principios del siglo XX.





El Monasterio comienza con una puerta de la que la torre es una adición posterior.



Foto: Abadía de Bellapais
Autora: Marta Leonor Vidal García

Los frescos que se conservan sobre la fachada se datan en el s. XV.


Foto: Abadía de Bellapais
Autora: Marta Leonor Vidal García

La entrada conduce a claustros de 18 arcos. La Iglesia del siglo XIII, ubicada en uno de los lados del patio, es una de las parte mejor conservadas del monumento y estuvo en uso como Iglesia ortodoxa hasta 1976.



Foto: Abadía de Bellapais
Autora: Marta Leonor Vidal García

Se conservan unos sarcófagos romanos que se utilizaron como piletas de baño.



Foto: Abadía de Bellapais
Autora: Marta Leonor Vidal García

Tras el sarcófago está la puerta de acceso al refectorio de los monjes, que los británicos utilizaron como campo de tiro. Seis ventanas en el muro norte iluminan la sala, junto a rosetón en el muro este. El refectorio contiene un púlpito para dirigirse a los monjes durante las comidas.





Fotos: Abadía de Bellapais
Autora: Marta Leonor Vidal García

Una puerta en el muro oeste conduce a la cocina y despensa construidos bajo el refectorio. Las habitaciones entre el refectorio y la cocina se cree que sirvieron como baños.

Un par de escaleras al sur del patio interior conducen a la sala del tesoro en la esquina noroeste del monasterio.









El lado este del patio interior albergaba la sala capitular, que hacía las funciones de administración de la Abadía y las habitaciones comunes, ubicadas en la planta superior.  








Fotos: Abadía de Bellapais
Autora: Marta Leonor Vidal García

La columna central se cree que procede de algún templo romano que estuvo en este emplazamiento en torno al año 200 AD. Las habitaciones de los monjes ocupaban el segundo piso sobre esta sección.













Fotos: Abadía de Bellapais
Autora: Marta Leonor Vidal García

Anteriores entradas: Chipre: información generalNicosia: zona grecochipriotaNicosia: zona turcochipriotaSalamina y el Monasterio de San BernabéFamagusta; Kyrenia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario